La mejor arma contra losladrones online, espías y vándalos que amenazan a las empresas globalesy la seguridad sería una especie de regulación internacional delciberespacio, indicaron expertos del sector
Desdela perspectiva de un hacker, esa meta no es una prioridad para lacomunidad internacional, a pesar de las protestas por la piratería, lacensura y las disputas por el ciberespacio que protagonizan China eIrán contra la empresa estadounidense Google.
Los países son demasiado provincianos a la hora de pensar sobre su seguridad onlinepara colaborar en la elaboración de un reglamento informático a nivelmundial, se escuchó la semana pasada en la conferencia de seguridad delEastWest Institute.
Las declaraciones políticas de losgobiernos en todo el mundo están dominadas por la necesidad deincrementar las defensas cibernéticas nacionales. Como resultado,demasiados cibercriminales se están beneficiando.
"Los países están en negación", dijo el experto en derecho cibernético indio Pavan Duggal a Reuters,señalando que las legislaciones nacionales tenían un uso limitado en laprotección de los usuarios de una herramienta de comunicación sinfronteras.
"Puede que un choque de grandes consecuenciasdespierte a la gente de su complacencia, algo equivalente a un 11 deseptiembre en el ciberespacio", dijo, refiriéndose a los atentadoscoordinados en Estados Unidos en el 2001.
Con una cuarta partede la humanidad conectada a internet, el ciberdelito supone un peligrocada vez mayor para la economía mundial.
Objetivo, el autor
ElFBI determinó que las pérdidas derivadas de la delincuencia en internetsumaron en los Estados Unidos u$s264 millones en el 2008, frente a losu$s18 millones de dólares de pérdidas por el mismo motivo en el 2001:probablemente eso es sólo una fracción de las pérdidas causadas aempresas y departamentos gubernamentales.
La amenaza se extiendea muchos sectores, incluidos los sistemas de control de las fábricas,los servicios públicos y la refinación de petróleo, dado que muchos deellos están vinculados a internet para mayor comodidad y productividad.
Unaprioridad para los reguladores es encontrar la manera de localizar alos delincuentes a través de las fronteras y que no salgan impunes desus crímenes, una tarea difícil cuando los delincuentes pueden utilizarservidores proxy para permanecer en el anonimato.
"No podemosaplazar el debate hasta que estemos en medio de un ataque cibernéticocatastrófico", dijo el ex secretario de Seguridad Nacional de EstadosUnidos Michael Chertoff en la conferencia.
"Debemos formular unaestrategia internacional y responder a los ataques cibernéticos que vanparalelos a las leyes tradicionales que rigen la tierra, el mar y elaire", añadió.
Expertos en seguridad dicen que la capacidad derealizar ataques cibernéticos desastrosos masivos es competenciaexclusiva de algunos gobiernos, más allá de la capacidad de gruposguerrilleros extremistas como Al Qaeda.
Pero no se puedeasumir que las redes internacionales de delincuencia organizada, quellevan tiempo practicando el fraude online masivo y el robo, no estándesarrollando un interés en conseguir esta habilidad.
"Elcibercrimen es un delito muy sofisticado con unos actores sofisticadosy se necesita un esfuerzo multinacional para garantizar que se puedehacer cumplir la ley", dijo el presidente de Dell Services PeterAltabef, a Reuters.
James Stikeleather, jefe deTecnología de Dell Services, dijo a Reuters que rastrear a loscriminales a través de las fronteras podría plantear problemasjurídicos a los redactores de una regulación multilateral.
Dando un ejemplo, dijoque cuantas más empresas añadan la tecnología que necesitan losinvestigadores para poder atribuir un delito, la privacidad y anonimatode los usuarios se ve reducida.
"Probablemente el punto defricción de los gobiernos será '¿dónde está el nivel adecuado deimputación contra el anonimato o la intimidad para lo que la gente estáhaciendo (online)'", señaló.
Datuk Mohamed Noor Amin, presidentede la Asociación Internacional contra las Ciberamenazas, afiliada a laONU, dijo que la incapacidad para regular podría perpetuar los "estadosfallidos" cibernéticos.
Citó los países pobres donde losclientes pueden comprar tarjetas SIM no registradas con capacidad deInternet móvil, dándoles la posibilidad de cometer delitos en línea,tales como el robo de identidad de personas en países ricos sin temor aser rastreados.
Señaló que va en el interés de los países ricosayudar a los más pobres desarrollar la capacidad de rastrear este tipode delitos, porque son sus ciudadanos el objetivo.
"Los gobiernos tienden a ver sólo su propio interés. Pero en realidad colaborar es su propio interés", dijo.
"Lagente cree que internet es una parte integral de cada país. No secentran en la seguridad cibernética y se está jugando con fuego",añadió el experto.
Fuente: Reuters